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La depresión que sufre el mercado de la construcción y el de las instalaciones no deja títere con cabeza. Y lógicamente también afecta al sector de los sistemas de ventilación.
Se ha reducido el número de proyectos, y los que existen, cuentan con un menor presupuesto. La construcción está paralizada, pero no sólo en viviendas, sino también en parkings, naves industriales, etc. El mercado está cayendo cada año en torno a un 20%, según apunta uno de los participantes en el estudio.
La mayoría de fabricantes consultados esperan la llegada del crecimiento económico en el segundo semestre del año para comenzar a pensar en que, por fin, hemos tocado fondo.
Mientras eso llega, las marcas apuestan por la exportación. Muchas empresas de ingeniería y de instalaciones españolas están consiguiendo contratos en el exterior, especialmente en Sudamérica, pero no únicamente allí, gracias en especial a su experiencia y conocimiento de estos sistemas.
En cualquier caso, esa cifra de negocio no es suficiente para detener la caída de las ventas a nivel nacional. Algunos fabricantes también afirman tener esperanzas en las reformas de edificios y en la eficiencia energética.
Otra de las características actuales del mercado es la importancia de las normativas, que siempre vienen en ayuda del producto más eficiente y con menor consumo.
El RITE ha incrementado las ventas de recuperadores de calor, donde se establecen las exigencias de eficiencia energética y seguridad que deben cumplir las instaladores térmicas de los edificios.
También -apunta uno de los consultados- es de enorme ayuda el marco legal del CTE, que exige que las viviendas dispongan de una adecuada ventilación.
En reglamentación y certificación, otro fabricante apunta, además del RITE y el CTE, el interés cada vez más creciente de los productos certificados por Eurovent y las soluciones de mayor eficiencia energética (ventiladores EC, demanda de ventilación controlada, etc).