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La situación de la obra nueva está siendo el principal freno al crecimiento de un segmento de calefacción que, pese a eso, sigue ganando cuota de mercado. Los compradores de viviendas y los promotores de edificios apuestan cada vez más por este sistema por dos motivos: existe un mayor ahorro energético frente a los sistemas convencionales y garantiza calefacción o refrigeración por toda la superficie sin que existan focos muy fríos o calientes.
Los fabricantes son moderadamente optimistas sobre la situación del mercado y su evolución para los próximos años
Del suelo radiante se destaca su confort, su doble función de fuente de calor y frío, la uniformidad en la distribución de la temperatura, su combinación con energías alternativas, el ahorro energético y el hecho de que no ocupe espacio sobre otros sistemas más tradicionales. Lo cierto es que se trata de un producto muy arraigado en los países del norte de Europa, pero a España llegó tarde y el repunte de su instalación coincidió con el inicio del derrumbe de la obra nueva.
Ese factor ha sido decisivo para que la instalación de suelo radiante no haya crecido más, pero los fabricantes son, en cualquier caso, moderadamente optimistas sobre la situación del mercado y su evolución para los próximos años. Estable o moderado crecimiento, afirma uno de ellos al pedirle opinión sobre la actual coyuntura. El mismo actor habla de un mercado en el que la guerra de precios persiste y en el que se aprecia una tendencia cada vez mayor en la implementación de sistemas radiantes para refrescamiento.
Lo cierto es que, aunque es un producto que encaja también en reforma y rehabilitación, la falta de obra nueva es un hándicap muy grande porque se trata de sistemas que se instalan básicamente en viviendas de nueva construcción.
Un fabricante que nos ha hecho llegar su opinión cifra la mejora del sector para 2014, ya que durante 2013 el mercado ha sufrido un descenso importante a consecuencia del declive de la nueva construcción.
Lo cierto es que el suelo radiante es un sistema del que desde hace años se habla con optimismo, pero que ha visto frenada su progresión por la caída de la obra nueva y la prolongada situación de crisis económica que vive nuestro país.
