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La mejora de la situación macroeconómica, el buen inicio de la temporada de aire acondicionado, las nuevas normativas o las últimas cifras de ventas del pasado año 2013 son factores que definen un mercado que mira con más optimismo el futuro de lo que lo ha hecho en los últimos años.
Las estadísticas elaboradas por AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización) en 2013 ya hablaban de un aumento del negocio en torno al 3% en el mercado residencial/doméstico. Las cifras no fueron tan amables en los segmentos comercial y terciario/industrial, pero también ahí el descenso fue menor sobre los años precedentes, y la sensación en el mercado de cierto alivio, de que se había llegado al final del túnel, resultó general. Esa misma psicología positiva se ha trasladado al inicio de la temporada de aire acondicionado en 2014, en el que las ventas parecen ir mejorando. El otro día un distribuidor de la zona de Madrid hablaba de unas ventas un 20% superiores a las del año pasado.
Algunos factores externos también están ayudando a esta mejora del mercado lenta, pero implacable. Uno de ellos es que la normativa prohibirá a partir de 2015 la manipulación del refrigerante R-22, que favorecerá la sustitución de equipos antiguos. También la apuesta por programas para la rehabilitación de edificios que también favorece la implantación de equipos más eficientes energéticamente.
A eso debemos sumarle el hecho intrínseco de que nuestro país cuenta con unas condiciones climatológicas especialmente favorables para el desarrollo del negocio del aire acondicionado o las demandas cada vez mayores por parte del usario de confort y ahorro en sus equipos. Ahí juegan un papel destacado los sistemas de bomba de calor con tecnología inverter o la adopción de sistemas integrales de baja temperatura que proporcionan a un tiempo calefacción, refrigeración y ACS.
A la recuperación también ha ayudado un poco las ayudas a la renovación de equipos impulsadas por las Comunidades Autónomas, pero queda mucho camino por recorrer en un mercado que ha caído en tasas muy elevadas durante los peores años de la crisis.