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La caída en picado de la obra nueva significó un punto de inflexión para el suelo radiante en un momento que, además, comenzaba a implantarse como alternativa a los sistemas clásicos de calefacción en nuestro país. El derrumbe de la edificación afectó de lleno a un mercado que ha buscado salidas para convertirse en una alternativa perfecta a los sistemas tradicionales, no sólo en vivienda nueva, sino también en reforma y rehabilitación.
Lo cierto es que el mercado supo mantener las constantes vitales en el peor momento y de alguna forma se puede decir que se ha reinventado. De un lado, se ha focalizado en ofrecer soluciones que se adaptan a obras de rehabilitación y reforma, ya que hasta hace un tiempo era un sistema más pensado para obra nueva. Y por otro, la oferta de los fabricantes se ha concentrado en ofrecer soluciones que reduzcan el coste de la instalación.
Ciertamente, el suelo radiante es un sistema de calefacción a baja temperatura que garantiza como ningún otro la eficiencia energética. Además, se garantiza el confort al evitar corrientes de aire.
El suelo radiante, además, sigue apostando tecnológicamente. No es únicamente un sistema de calor, también tiene la capacidad de desdoblarse en refrigeración. Y los sistemas son de suelo, pero también de pared y techo radiante.
Por otro lado, además de ayudar en el cumplimiento de la normativa vigente, el suelo radiante combina de un modo ejemplar con fuentes de energía renovable, lo que también ayuda a obtener una certificación energética más favorable de la vivienda o el edificio.
En el segmento de reforma, se están introduciendo sistemas de suelo radiante de bajo perfil o sistemas de pared y techo radiante en nuevas versiones que favorecen su implantación en rehabilitación. Todos los fabricantes se han afanado en los últimos tiempos en lanzar nuevos productos que resuelvan las limitaciones que lleva aparejada una obra de reforma. Se trata de placas con menor altura o de sistemas de baja inercia térmica que facilitan el trabajo del reformista y suponen un valor añadido en la instalación, todo ello a un bajo coste.