Chimeneas y conductos: La especialización y la eficiencia energética marcan el rumbo

Contracción y ajuste son palabras que se repiten en los últimos años, algo que también vale para 2014 y 2015. El escaso ritmo del consumo y la falta de liquidez condicionan un mercado en el que las esperanzas están depositadas en un sector, el de la rehabilitación, aún incipiente.

Otro de los factores que definen el mercado es la especialización, en buena medida marcada por la evolución constante de los aparatos de calefacción. Ofrecer un catálogo amplio de chimeneas y conductos al profesional, con diferentes materiales y amplitud de diámetros, se ha convertido en algo absolutamente necesario para mantenerse en el sector. Por eso los fabricantes se afanan en lanzar novedades constantes.

Bien es cierto que también los tiempos cambian y si antes uno de los problemas habituales en las calderas atmosféricas era la deficiente o incorrecta instalación de la chimenea, ahora existen nuevas soluciones más eficientes como es el caso de la utilización de biomasa.

Pero este tipo de aparatos, aunque ofrecen un menor coste al usuario y ninguna emisión de CO2, tampoco están exentos de presentar puntos críticos, situaciones a vigilar a la hora de realizar una correcta instalación. Todo ello redundará en un mejor funcionamiento, un incremento de la eficiencia energética y un riesgo cero para los usuarios.

Lo cierto es que el tipo de combustible utilizado es el que marca en cierto sentido a este sector. Ahora toca apostar por la biomasa y la implantación de calderas de condensación, obligatorias con la nueva ERP a partir de septiembre de este año. Buenas noticias para un mercado, el de las chimeneas y conductos, que ha sufrido con enorme virulencia la situación económica de los últimos años.