Empresas Premium
Empresas Premium
Es casi una cuestión de tiempo que la cisterna empotrada se convierta en un elemento habitual en los baños españoles. Se trata de un producto que ofrece un sinfín de ventajas sobre las soluciones tradicionales, por lo que su crecimiento pasa de un modo insoslayable por su conocimiento, especialmente por parte del usuario final, pero también del profesional.
En colectivades y hoteles de cierto nivel se ha convertido en una solución estándar, pero su recorrido entre particulares apenas acaba de empezar. Por eso mismo todos los fabricantes son optimistas en el corto y medio plazo. También la mejora de la situación económica y el tirón del consumo deberían ayudar a una implantación cada vez mayor de esta solución.
En el mercado existe una demanda creciente de productos diferenciadores y de mayor calidad, por lo que la cisterna empotrada se adapta de un modo perfecto al sector de la reforma. Por ahí cobra sentido el hecho de que el usuario final conoce cada vez con más profundidad el producto, lo que está provocando un tirón de las ventas.
Todas las marcas que nos han hecho llegar su opinión insisten en el hecho de que la cisterna empotrada tiene una cuota muy relevante en el sector terciario y hotelero, pero todavía le falta un mayor recorrido en mercados minoristas, como restaurantes o tiendas de tamaño medio.
La solución de cisterna empotrada es un producto que resulta inevitable por innovador en el baño moderno. Las nuevas exigencias del usuario y también del mundo del confort, por el que hace tiempo deambula el espacio del baño, demandan productos de calidad, que hagan ganar espacio y que, de paso, minimicen el ruido y ofrezcan ahorro de agua. Por todo ello una solución como la cisterna empotrada representa una alternativa perfecta a la hora de decidirse por un sistema de descarga en obra nueva o a la hora de acometer una reforma.
Los últimos años, pese la crisis económica y la específica del sector, los números han seguido respaldando el crecimiento de un mercado que espera aprovechar el viento de cola de la recuperación.