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El reconocimiento de la aerotermia como fuente de energía renovable e inagotable por la Directiva 2009/28/C supuso un impulso importante para esta tecnología basada en la bomba de calor que, sin embargo, todavía hoy no ha crecido al ritmo esperado.
La mayoría de fabricantes se muestran, en cualquier caso, optimistas sobre la evolución del mercado en el medio plazo. La previsión para este año 2015 es que se instalen más de 5.000 máquinas en España, lo que supone un crecimiento en torno al 30% sobre 2014.
Los refrigerantes de nueva generación, el uso de la tecnología inverter y la recuperación de calor permiten que el uso de la aerotermia haya avanzado mucho en los últimos años. También las normativas que vienen se suman a su reconocimiento hace más de cinco años como fuente de energía renovable. La ErP favorecerá así mismo su implantación. Un fabricante habla de que esta Directiva demostrará la superioridad que ofrece el trinomio eficiencia-instalación-precio con bombas de calor aerotérmicas sobre otros sistemas de calefacción.
Lo cierto es que la aerotermia presenta innumerables ventajas como la no utilización de energía fósil y la recuperación de la energía de una fuente renovable como es el aire exterior. También destaca su elevado rendimiento y mínimo consumo. Y el hecho de ser un sistema reversible que ofrece refrigeración en verano y calefacción en invierno. Por último, hay que destacar que se trata de una alternativa que se adapta por igual al mercado de reforma y reposición que al de obra nueva.
Uno de los principales problemas que ha encontrado hasta ahora la aerotermia para imponerse con mayor fuerza, además de la crisis económica, ha sido el desconocimiento de esta tecnología por parte del usuario final. Los instaladores, por contra, conocen bien estos equipos que garantizan ahorro económico y una rápida amortización, eficiencia energética y fiabilidad de la tecnología.
Lo cierto es que las marcas apuestan con fuerza por la aerotermia, que se ha convertido en un producto muy dinámico. Las nuevas directivas europeas, caso de la ErP, favorecen el optimismo para los próximos años.