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Francisco Diéguez es el Director General del ITeC, una entidad que celebra 40 años de existencia en 2018. ITeC es el organismo encargado de elaborar el informe de España sobre el sector de la construcción para el grupo Euroconstruct, que está intregrado por 19 institutos europeos y que anualmente celebra dos conferencias. El último informe de Euroconstruct, el de invierno 2017, ofrece buenas perspectivas para el sector en Europa y en nuestro país. "Debemos ser optimistas, pero con matices: crecemos tanto como Europa, pero aún no producimos tanto como Europa", explica en esta entrevista.
FRANCISCO DIÉGUEZ LORENZO es el Director General del ITeC desde 2014. Diéguez es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, por la UPC 1988. Cuenta con un Programa de Alta Dirección de Empresas, IESE 2012. El Director General del ITeC lleva más de 25 años en el sector de las infraestructuras y la edificación, y ha desarrollado una parte importante de su carrera profesional en la empresa FCC Construcción.
¿Nos puede explicar qué tipo de trabajo desarrolla el ITeC?
El ITeC es una entidad de apoyo a la innovación en el sector de la construcción. Este 2018 celebramos 40 años, durante los que hemos prestado servicios tecnológicos a profesionales, a empresas tanto del mercado de los materiales como a las de la edificación y la ingeniería civil, sin olvidar a las administraciones de todos los niveles, desde el ámbito local hasta el europeo. Creemos que les hemos ayudado a que sus proyectos sean documentalmente más sólidos, económicamente más productivos, y también más respetuosos con el medio ambiente. Sin olvidar que una vez que la construcción acaba, el edificio o la obra resultante tienen toda una vida por delante, a la que hay que seguir prestando atención.
Las cifras que han ofrecido en su último informe Euroconstruct de invierno son favorables. ¿Cuál es en líneas generales la situación del sector de la construcción en Europa?
La mejora del sector construcción europeo ha sido rotunda: en 2013 todavía estaba en crisis y tan solo cuatro años después ha conseguido cerrar 2017 con un crecimiento del 3,5%. Si repasamos los datos históricos de los últimos 20 años, tan solo encontramos 3 ejercicios en los cuales haya registrado un crecimiento igual o superior a este 3,5%. El residencial de nueva planta está siendo el segmento de mercado que contribuye más a toda esta mejora. De hecho son varios los países que están superando sus récords anteriores de producción de vivienda.
¿Y en el caso concreto de España? ¿Las cifras también destilan optimismo?
En 2017 el sector español ha crecido más del 4%, es decir, se ha comportado algo mejor que la media europea. Pero no hay que perder de vista que mientras que Europa está produciendo a niveles muy próximos a los máximos del año 2006, España a duras penas llega a una quinta parte de la producción de 2006. Por tanto, hay que ser optimistas, pero con matices: crecemos tanto como Europa, pero aún no producimos tanto como Europa.
¿Qué segmentos concretos del sector de la construcción están ofreciendo mejores cifras en nuestro país?
Aquí tampoco nos desviamos del comportamiento europeo. La recuperación en Europa ha venido de la mano de la construcción de vivienda, y en España también está sucediendo lo mismo. Sin embargo, es de destacar que el crecimiento en España, a diferencia del europeo, es exageradamente desigual con crecimientos de más de dos dígitos de la edificación y todavía decrecimientos de la ingeniería civil.
Se vuelven a ver grúas en nuestras ciudades, la obra nueva está volviendo a tirar del sector. ¿Qué análisis hacen desde el ITeC de su evolución?
Habría que matizar la observación sobre las grúas: aún no han reaparecido en todas las ciudades. La demanda continúa bastante concentrada en aquellas zonas en donde la recuperación económica es más palpable, o si lo prefiere en términos más sencillos: la gente quiere un piso allá donde hay trabajo. Por tanto, estamos asistiendo a un fenómeno al que no estábamos acostumbrados, y es que en España conviven mercados en donde se dan los síntomas habituales de una situación de recalentamiento (grandes subidas de precio, escasez de suelo, prisas por tramitar proyectos) con otros que parecen haberse quedado estancados en 2008 (mínima demanda, mucho stock, precios que no se recuperan).
¿Podemos ser optimistas sobre el futuro del sector de la construcción en el medio plazo? ¿Qué segmentos evolucionarán mejor: edificación residencial, no residencial, ingeniería civil o rehabilitación?
Si consideramos pasajeros los episodios de inestabilidad política en España, no vemos razones para prever complicaciones a medio plazo. La vivienda ha reaccionado más pronto, lleva un par de años recuperando terreno y lo lógico es que progresivamente fuese moderando sus ritmos de avance. Por su parte, al no residencial le ha costado más arrancar y pese a que los promotores siguen muy cautelosos, creemos que aún le queda bastante recorrido al alza. De la rehabilitación esperamos un comportamiento positivo pero modesto, teniendo en cuenta que un mercado tan dependiente de la capacidad de gasto de las familias nunca suele protagonizar episodios de crecimiento intenso. Por último, la incógnita es la ingeniería civil. En los últimos meses se ha notado una mejora, pero habrá que ver cómo evolucionará una vez que se acabe toda la obra provocada por las elecciones locales.
¿Le parece que otros segmentos anexos a la construcción, como es el caso de la instalación (climatización, fontanería, material eléctrico), pueden verse beneficiados de la evolución favorable del mercado?
Que haya más proyectos en redacción y ejecución significa que habrá más demanda de instalaciones de todo tipo. Pero aparte de esta mejora cuantitativa, nos gustaría pensar que nos encaminamos también a una mejora cualitativa. El mercado se ha vuelto más exigente, sea porque el mercado se ha empezado a recuperar por los estratos superiores, sea porque nadie está dispuesto a asumir tanto riesgo como en la década anterior. Y también creemos que llega una demanda más madura, de promotores y de clientes finales que valoran el papel de las instalaciones en el balance ambiental del edificio o de la vivienda, y que difícilmente se conformarán ahora con el mismo producto que daban por bueno en los años del boom.
El sector de las instalaciones ha sufrido de manera dramática la crisis, habiéndose producido una importante pérdida del número de empresas y las que han sido capaces de mantenerse han reducido drásticamente su tamaño. Sin duda la crisis fue el remate final de un modelo de sector de la construcción que basaba la competitividad en costes casi exclusivamente en la gestión de compras, descuidando la innovación como arma de mejora de la eficiencia. Esperemos que en esta nueva etapa de crecimiento seamos capaces de implementar nuevos modelos colaborativos de trabajar como la metodología BIM que fomentan la aportación por parte de cada uno de los agentes que intervienen en la construcción de lo mejor de sí mismo. De esta manera seremos capaces de reducir las grandes ineficiencias del proceso constructivo aprovechando mejor los escasos recursos económicos de los que disponemos.