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El sector del baño aprecia cada vez más la aplicación de soluciones novedosas, que apuesten por nuevas tecnologías y por la innovación, lo que favorece la extensión y la instalación de cisternas empotradas. Un producto que aporta valor a una estancia que cada vez es más importante en los hogares, que tratan de conjugar diseño, ahorro de agua y bienestar.
Las cisternas empotradas ofrecen muchas ventajas al ser soluciones más estéticas y más silenciosas
Se puede decir por tanto que se aprecia una tendencia alcista ya que la cisterna empotrada se ha convertido en un producto muy común tanto en reformas como en obra nueva en viviendas, además de tener un uso desde hace tiempo imprescindible en alto standing y colectividades.
Por otro lado, este producto lleva menos años introducido en España con respecto a los países del centro y el norte de Europa, pero cada vez tiene más demanda y un futuro prometedor.
Las cisternas empotradas ofrecen muchas ventajas, ya que son soluciones significativamente más estéticas y más silenciosas, consumen menos agua y pueden hacernos ahorrar espacio por una inversión mínimamente superior.
Aunque todavía quedan por vencer algunas resistencias por parte de los instaladores, ya es una solución consolidada y aceptada por el usuario final al aportar beneficios a nivel higiénico, funcional y estético.
En el sector contract, donde los prescriptores son generalmente arquitectos, diseñadores de interior y decoradores, etc, es ya una solución muy asentada y de uso habitual en muchos proyectos.
Por tanto, el mercado de cisternas empotradas mantiene su tendencia creciente y así parece que seguirá siendo en el futuro más inmediato, una vez superada la crisis. El alza en la venta de productos ha sido una constante en los últimos años, aunque es verdad que su evolución en el segmento doméstico no ha sido tan rápida como en el no residencial.
Se puede decir que las cisternas empotradas se están imponiendo en las instalaciones más modernas, ya que ofrecen una estética innovadora, permiten ganar espacio, generan sensación de amplitud y consiguen un baño sin rincones que resulta muy fácil de limpiar. Así, 1 de cada 10 cisternas que se venden ya son empotradas.
