Termómetro

El verano ha traído buenas noticias para la actividad instaladora que se ha beneficiado de la buena marcha del sector del aire acondicionado, del factor reforma y de la situación económica que ha empujado el consumo. El caso es que las empresas de instalación han seguido mejorando durante los últimos meses. En enero, la media de actividad era de un 5,0, pero ahora se ha situado en un 5,4. Esa media de actividad marcada en los meses de julio y agosto también se repite en la previsión de septiembre-octubre.

La actividad de las empresas instaladoras ha mejorado de un modo notable con la llegada de los meses de verano. La buena salud de la economía, el repunte del consumo, el revivir de la construcción y la ola de calor -con su traducción en la instalación de más equipos de aire acondicionado- han sido algunos de los factores que han ayudado a que la instalación viva su momento más álgido en mucho tiempo. La media de actividad se ha situado en su 5,3 en los meses de mayo-junio, mientras que la previsión para julio-agosto todavía es mejor al colocarse en un 5,4.

Los primeros compases de 2017 han mantenido la tendencia favorable que ya se observó en el mercado de instalación a mitad del año pasado. El aprobado se ha consolidado y parece que se han alejado los nubarrones de un modo definitivo. La coyuntura de la actividad instaladora, en cualquier caso, no es todavía para tirar cohetes, porque resulta difícil alejarse del aprobado que marca la media de las asociaciones. La previsión, de momento, para los meses de mayo y junio mantiene la misma perspectiva.

La actividad instaladora ha seguido fiel al aprobado en el inicio de 2017, una tendencia que se mantuvo durante buena parte del año pasado, en el que se notó un repunte de la actividad, sobre todo a partir del mes de mayo. Lo cierto es que la media se mantiene en un 5 del que tampoco está resultando demasiado fácil salir. El sector ofrece noticias esperanzadoras en muchos segmentos de mercado, pero las asociaciones de instaladores siguen mostrando muchas cautelas a la hora de analizar la situación.

Se puede decir que el año 2016 ha sido de recuperación en el sector de la instalación con un crecimiento que se ha consolidado desde los meses de mayo-junio. La anotación ha marcado una media por encima del 5 desde entonces, lo que habla de una situación de estabilidad, en la que no parecen vislumbrase dientes de sierra en el horizonte y se alejan los nubarrones que marcaron la actividad en los años más duros de la crisis. La previsión en la media de actividad también apunta por encima del aprobado en los meses que cierran el año.

La actividad instaladora ha resistido durante los meses de verano el aprobado. Julio y agosto han sido buenos meses para instalación de aire acondicionado, pero no siempre esa actividad tiene un fiel reflejo en las anotaciones que nos hacen llegar las asociaciones ni tiene la misma importancia en toda España. La reforma, según apuntan algunas asociaciones, también ha ayudado para mantener el aprobado de media. Ahora la mirada se centra en el inicio de la campaña de calefacción. Por fin han llegado la lluvia y el frío.

La larga travesía del desierto de las empresas instaladoras parece que, a tenor del índice marcado en los meses de mayo y junio, comienza a llegar a su fin. Hacía un tiempo casi infinito que no se veía el aprobado en el índice de actividad. Ciertamente, hay que decir que el sector ha mejorado sensiblemente en los últimos meses, pero todavía no deben lanzarse las campanas al vuelo. Siguen existiendo muchas incertidumbres y estamos en un terreno resbaladizo, lastrados por permanentes amenazas que vienen de la macroeconomía y de la política.

La actividad instaladora ha vuelto a marcar la misma media del inicio del año, un 4,5, pero la perspectiva para el período de mayo-junio es mucho mejor, con una previsión que sube hasta el 4,7. Lo cierto es que un buen número de asociaciones provinciales son más optimistas para esos meses. Comienza la campaña de aire acondicionado, en la que las previsiones son favorables y también es el inicio de la temporada alta de reformas, en la que las empresas de instalación tienen siempre su cuota añadida de trabajo.

No hay grandes noticias en los índices de la actividad instaladora en el inicio del año 2016. Nunca se sabe si la ausencia de noticias es por sí misma una buena noticia, pero lo cierto es que la media sigue aún lejos del aprobado. Un 4,5 es un consuelo escaso, sobre todo cuando se trata de un índice que se repite demasiado en el tiempo. El aprobado es todavía una quimera y son pocas las asociaciones que manifiestan su optimismo en el inicio de año. Casi todas medias y opiniones manifiestan la cautela que parece presidir los primeros compases de 2016.

La actividad instaladora mantuvo durante todo el año 2015 unos parámetros similares, salvo en el primer trimestre. La media de actividad más repetida fue de 4,7, lo que ha supuesto un salto cuantitativo sobre los años anteriores, en los que la media se situó más cercana al 4 que al 5. Se mantienen, en cualquier caso, algunas incógnitas sobre el devenir de la economía y la marcha de los sectores de la construcción e industrias auxiliares, de los que depende la salud, buena o mala, de las empresas instaladoras.