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España sufre a partir de este miércoles su primera ola de frío intenso de los últimos tres años, ésta traerá temperaturas unos cinco grados por debajo de lo normal y nieve en cotas cercanas al nivel del mar. Durante estos días contar con un buen servicio de calefacción en el hogar es fundamental. Sin embargo, existen una serie de mitos en torno al consumo que nos pueden confundir a la hora de conseguir confort en nuestra vivienda sin derrochar energía.
Remica, compañía experta en eficiencia energética, nos ayuda a aclarar algunas de esas dudas que surgen en relación al consumo de calefacción.
1. Apagar y encender la calefacción consume más que mantener una temperatura constante
Si nuestro objetivo prioritario es ahorrar, es más aconsejable apagar la calefacción por la noche ya que mantener una temperatura constante puede suponer un consumo ligeramente superior a apagarla y encenderla. Sin embargo, si nuestro objetivo prioritario es mantener el grado de confort, nos puede interesar mantener un régimen reducido nocturno que garantice un nivel de temperatura adecuado durante todo el día. De esta forma, no tendremos que vencer un salto térmico importante cuando encendamos la calefacción tras muchas horas con el sistema apagado. Esto genera un incremento en el nivel de confort, aunque como hemos visto, en lo referente al consumo puede producirse un ligero aumento. La decisión final depende de las prioridades del usuario.
2. Ninguna caldera puede superar un 100% de rendimiento
Puede que parezca imposible, pero no lo es: una caldera de condensación puede conseguir un rendimiento superior al 100%, de hecho, llega incluso al 109%. Esa cifra la alcanzan gracias a que mientras las calderas convencionales desaprovechan el propio calor que desprenden al generar energía, las de condensación lo utilizan para aumentar su producción y por ende, para ahorrar energía. Por ello, son las más eficientes.
3. Para mantener la casa caliente hay que tener una temperatura constante en todas las habitaciones
Falso. Para mantener la casa caliente no se necesita tener todas las habitaciones a la misma temperatura. Lo mejor sería apagar los radiadores de aquellos espacios de la casa que no se utilicen y cerrar la puerta, así evitaremos derrochar energía de forma innecesaria.
4. Si tengo calefacción central, me tengo que supeditar a los horarios y la temperatura que elijan mis vecinos
Es cierto que puede que en la reunión de vecinos se tomen decisiones sobre el horario y la temperatura de calefacción que no sean las que más se amolden a tu modo de vida. Sin embargo, hay una solución simple para que puedas adaptar el consumo (y por tanto la factura) a tus necesidades reales: individualizar el consumo de calefacción central.
Para ello, basta con instalar en cada radiador un repartidor de costes, que permite medir lo que consumes, y una válvula termostática capaz de controlar el caudal de agua en el radiador y por tanto regular la temperatura e incluso cerrar el radiador en una estancia. Para el correcto funcionamiento, la instalación se debe completar además con un equilibrado hidráulico del edificio que permitirá minimizar las diferencias de temperatura entre viviendas. Llevar a cabo esta intervención está subvencionado en algunas comunidades ya que a partir del 1 de enero de 2017 esta medida será obligatoria. Si tienes cualquier duda en este sentido, puedes ponerte en contacto con una empresa de servicios energéticos, como Remica, a través del teléfono 91 396 03 03 o del correo electrónico (remica@remica.es).
5. Una empresa de servicios energéticos realiza la misma función que una mantenedora
Falso. En España todavía existe cierta confusión en relación a la labor que realizan las Empresas de Servicios Energéticos (ESE) como Remica, sin embargo, éstas pueden ser tus mejores aliadas a la hora de realizar un consumo de energía más eficiente y por tanto reducir tu factura. La empresa de mantenimiento sólo es la responsable de la seguridad y el buen funcionamiento de una instalación en una comunidad, es decir, que por ejemplo, los vecinos no se queden sin calefacción. Sin embargo, una ESE es responsable además de la productividad de las mismas, es decir, garantiza que la instalación va a tener un óptimo rendimiento.