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Las principales medidas para un escenario de reducción de emisiones contaminantes son la rehabilitación energética y el vehículo eléctrico. Una economía baja en carbono supone la restructuración de las ciudades para modificar todos los usos de la energía a través de un modelo descentralizado y sin CO2 indicó, en la Jornada “Oportunidades de una economía baja en carbono para Municipios” el presidente de N2E, Javier García Breva.
En esta misma jornada, Mar Asunción, Responsable del Programa de Clima y Energía de WWF España, incidió en el papel clave que tienen las ciudades en la lucha contra el cambio climático: “las ciudades pueden y deben liderar la transición energética hacia un desarrollo bajo en carbono, basado en la eficiencia y las energías renovables. Desde WWF trabajamos para que las ciudades españolas lideren un cambio de modelo energético que inspire a otros y deje un legado duradero”.
Giorgos Tragopoulus, Técnico de Eficiencia Energética de WWF presentó la iniciativa “El desafío de las ciudades en la Hora del Planeta” que la organización ha puesto en marcha, por segundo año consecutivo, para poner en valor y premiar a los gobiernos locales que estén llevando a cabo esfuerzos notables para combatir el cambio climático.
Asimismo, Javier García Breva explicó que la eficiencia energética es la medición del ahorro de energía y de las emisiones antes y después de la aplicación de medidas de mejora. “Cómo y quién mide el ahorro de energía y las emisiones es fundamental para una política de cambio climático. Para ello, es necesaria una ley de eficiencia energética que transponga plenamente las directivas europeas y un regulador independiente para el medio ambiente”, apostilla.
La parte central del encuentro, que ha reunido a más de 60 instituciones y organismos relacionados con la eficiencia energética, estuvo dedicada al caso práctico de Rubí Brilla, un magnífico ejemplo de proyecto integral de eficiencia energética en la ciudad más industrializada de Cataluña. Con 75.000 habitantes y más de 3.000 empresas, las actuaciones del ayuntamiento han implicado los diferentes ámbitos del territorio: la propia administración municipal, la industria y comercio local, las viviendas y sus ciudadanos.
En el municipio de Rubí la sostenibilidad social se ha convertido en el vértice de su política municipal con la implantación de diferentes planes anticrisis que fueron el origen e impulso del proyecto Rubí Brilla. Las cifras hablan por sí solas: un 24% de reducción energética con un ahorro anual de casi 2 millones de euros gracias a medidas de eficiencia energética y mínima inversión por una parte, y, por otra, uso de energía de procedencia 100% renovable.
En palabras de Carme García Lores, ex Alcaldesa y promotora del proyecto “el Ayuntamiento de Rubí ha demostrado que la eficiencia energética no sólo es económicamente sostenible sino una gran oportunidad para el desarrollo y la mejora social y económica de toda la ciudad”.
Finalmente, Rodrigo Morell, Presidente de A3E, presentó el marco de ayudas a la eficiencia energética destacando que ha crecido el número, la cantidad y la estabilidad de las líneas disponibles y acentuando la necesidad de presentar proyectos cohesionados, financiables, que generen ahorros.
Una nueva consideración de la energía para afrontar el cambio climático
La gestión energética de las ciudades es imprescindible para afrontar los riesgos del cambio climático. “Una nueva consideración de la ordenación del territorio que incluya la energía como factor determinante de un urbanismo sostenible, junto con la ecocondicionalidad en las decisiones municipales, son medidas necesarias en los ayuntamientos. De esta forma, ejercitarán sus competencias para desconectar la calidad de vida del consumo de energía”, concluye Javier García Breva.