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Con pequeños gestos cotidianos, los consumidores podemos aumentar considerablemente la eficiencia en nuestro consumo de gas y ahorrar en energía, lo que acabará por repercutir en un mayor ahorro en nuestra factura del gas. Un correcto mantenimiento de aparatos e instalaciones permite ahorrar hasta el 22% del consumo. Lo que no calienta, se ahorra.
La calefacción a gas natural es altamente eficiente por el gran poder calorífico de la energía limpia del gas, que permite reducir la cantidad de combustible necesario para garantizar un resultado óptimo. Adicionalmente, podemos conseguir un mayor ahorro en el hogar siguiendo unos sencillos consejos.
Comprobar que los radiadores no tienen aire en su interior y purgarlos en caso necesario cuando llegue el invierno.
Disponer de doble vidrio en las ventanas y el cierre hermético de las mismas para evitar la pérdida de calor
Cerrar las llaves de aquellos radiadores que estén en habitaciones vacías, no bloquear los mismos con muebles ni cortinas, ni utilizarlos para secar ropa
Utilizar un sistema de regulación por temperatura con termostato si su calefacción es individual. Recuerde además que por cada grado que deje de subir en el termostato se ahorrará entre un 5% y un 8% de energía.
Cerrar las llaves de los radiadores en lugar de abrir ventanas si su calefacción es colectiva y nota la temperatura demasiado alta
Mantener el termostato de la calefacción a 20ºC durante el día y bajarlo a 16-18ºC por la noche
Aprovechar al máximo las entradas de luz solar, levantando persianas
Para la ventilación son suficientes diez minutos. Mayor tiempo supone pérdida de calor innecesaria
Los electrodomésticos a gas, una opción eficiente
Si se decide por la compra de electrodomésticos que funcionan a gas o gasodomésticos, es recomendable que tener en cuenta que el fabricante tiene la obligación de hacer constar la etiqueta energética del producto, que sigue una clasificación de la A (menos consumo) a la G (mayor consumo)
Si compramos una lavadora o lavavajillas bitérmicos, el agua caliente que utilizan procede de la caldera, lo que supone un gran ahorro en tiempo, energía y dinero.
También se ahorra más energía lavando los platos en un lavavajillas que haciéndolo a mano con agua caliente. Las secadoras de ropa a gas son una opción interesante por su alta eficiente, ya que suponen un ahorro de hasta el 40% en cada uso. También ahorraremos energía si instalamos una llave con termostato o monomando en la ducha, de forma que el agua salga a la temperatura constante deseada.
En la cocina es importante ajustar la llama de los quemadores al fondo de los recipientes y habituarse a cocinar usando una tapa porque aceleraremos la consecución de la temperatura necesaria de cocción.
El transporte a gas, una garantía de eficiencia y sostenibilidad
Los vehículos a gas natural son una alternativa real al trasporte convencional altamente eficiente. Con los precios actuales de los combustibles y la misma cantidad de dinero, un vehículo utilitario a gas natural recorrerá el doble de distancia que uno a gasolina y un 56% más de kilómetros que uno con gasoil.
El gas natural, aliado de la industria
El gas natural es una energía limpia que se caracteriza por ser altamente eficiente en procesos industriales y de cogeneración y que está llamada a jugar un papel fundamental en la implantación de las renovables. Su alta eficiencia, disponibilidad, e idoneidad, unida a la gran diversificación de las instalaciones, garantiza la competitividad del sector industrial. De forma adicional, su flexibilidad y su alto poder calorífico reducen la cantidad de combustible necesario para generar energía, por lo que supone un gran ahorro tanto para la industria como para los consumidores.
En definitiva, el gas natural es una energía eficiente que permite una economía baja en carbono y una reducción de la contaminación. Favorece la penetración de las renovables maduras en el mix energético y garantiza la sostenibilidad económica, a la vez que contribuye a un ahorro para las empresas y las familias.