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Una de las fuentes de contaminación del aire interior doméstico, causante de casi cuatro millones de muertes prematuras al año, según la Organización Mundial de la Salud, son los COV (compuestos orgánicos volátiles) o sustancias químicas procedentes de los propios materiales constructivos.
Aunque existe un marco normativo (UNE 171330) que permite certificar la calidad del aire interior y realizar un análisis de los contaminantes del aire, el contenido de los COV en los productos no está contemplado en ninguna legislación española. Algo que no ocurre en otros países, como Francia, Alemania y Bélgica donde sí es de obligado cumplimiento que los materiales constructivos certifiquen su bajo contenido en COV.
Como se ha puesto de manifiesto durante el confinamiento a causa de la crisis de la Covid-19, la calidad del aire interior es un factor determinante para garantizar el confort y bienestar de las personas. Es por ello que Knauf Insulation, multinacional puntera en la investigación y desarrollo de productos de impermeabilización sostenibles, demanda una normativa española que certifique el bajo contenido en COV en los distintos materiales para la construcción y rehabilitación.
“El nuevo Código Técnico de la Edificación dedica un capítulo a la protección frente a la exposición del radón, cuyos efectos son nocivos para la salud de los ocupantes de los edificios, y, sin embargo, nada dice sobre la elección de materiales interiores, que también influyen en el bienestar de las personas”, sostiene Oscar del Rio, director General de Knauf Insulation Iberia.
En la actualidad, existen certificaciones ambientales, como LEED y BREEAM, enfocadas a la edificación sostenible, que tienen en cuenta sellos internacionales de calidad del aire interior para su obtención, como el Eurofins Gold, uno de los más exigentes, que consiguió Knauf Insulation en 2010, convirtiéndose en la primera empresa del mundo en recibirlo por la excelente calidad de sus productos de lanas minerales.
Sin embargo, según esta compañía, el gobierno español debería apostar por exigir, a través de un marco normativo propio, un certificado que acredite el bajo contenido en COV en los materiales constructivos. “La sociedad todavía no es consciente sobre la importancia de la contaminación del aire interior, situación que se puede solventar trasladando al usuario el significado de este concepto a través de los materiales que forman parte de su hogar, su centro de trabajo o de ocio. Para conseguirlo, es prioritario que el contenido en compuestos orgánicos volátiles de los productos de construcción esté regulado”, piensa Del Rio.
Knauf Insulation recuerda que, de media, el aire de los espacios interiores, en donde pasamos el 90% de nuestro tiempo, está entre 2 y 5 veces más contaminado que el exterior, además de ser uno de los aspectos que puede causar el conocido como Síndrome del Edificio Enfermo, patología que afecta a los ocupantes del 30% de los edificios modernos, estima la OMS.