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Ya hace más de un año que convivimos con el COVID y la pandemia ha cambiado muchas cosas en nuestra vida. Tenemos interiorizadas las normas “mascarilla, metros y manos” que debemos cumplir al salir a la calle, pero… ¿qué pasa en casa? Las viviendas en España tienen una antigüedad media de 45 años* y ello es sinónimo de aparición de numerosos problemas que no solo reducen la calidad de vida en el hogar, sino que también afectan nuestra salud.
Ser conscientes de las enfermedades y adoptar medidas para prevenirlas es el propósito del Día Mundial de la Salud y poner foco en el lugar donde más horas pasamos últimamente debería ser una prioridad. “Una deficiente ventilación, el escaso aislamiento, así como una inadecuada protección solar que mantenga el confort térmico y evite el sobrecalentamiento, están detrás de muchas enfermedades que con una casa pasiva podemos evitar”, declara Antonio Domínguez, secretario general del Consorcio Passivhaus.
El teletrabajo se ha impuesto para mucha gente por lo que es indispensable disponer de soluciones para un clima interior óptimo.Las viviendas pasivas, entre muchas de sus beneficios, permiten disfrutar en su interior de aire limpio y puro lo que las convierte en sumamente saludables. Dado que las enfermedades respiratorias encabezan la lista de afecciones mundiales** la calidad del aire interior en el hogar se hace más importante que nunca.
Y es que además del COVID-19, “existen contaminantes como son las altas concentraciones de CO2, los compuestos orgánicos volátiles o las partículas finas, que pueden tener un efecto directo en nuestra salud y bienestar”, afirma Castellà, Country Manager de Zehnder Group Ibérica, empresa especializada en tratamientos de aire y miembro del Consorcio Passivhaus. En este sentido es urgente adoptar medidas para rebajar la posible carga viral en las viviendas lo máximo posible.
Las casas pasivas certificadas adecuadamente tienen como uno de sus pilares la ventilación mecánica con recuperación de calor, que sin necesidad de abrir ventanas climatiza y evita la entrada y salida indeseada de calor. “Los edificios son cada vez más herméticos y están preparados para lograr una mayor eficiencia. La hermeticidad de la vivienda obliga a tener ventilación controlada para poder disponer de una buena calidad de aire interior”, asiente Castellà.
Respirar un aire puro y limpio
Emplear tecnologías que controlan la salubridad del aire contribuye a reducir al máximo la incidencia de virus y demás, de aquí la importancia de unos buenos sistemas de tratamiento de aire. De todos modos, nada es totalmente efectivo si no se siguen las pautas de mantenimiento y ventilación que desde las organizaciones profesionales se piden. Desde el Consorcio Passivhaus se vela y se trabaja constantemente para ello.
La Calidad del Aire interior (CAI) puede ser afectada por multitud de gases y microbios contaminantes y ello malmete nuestra salud. Es muy importante mantener el índice en orden, es decir, vigilar las cantidades de contaminantes presentes en dicho aire. Para ello es importante controlar dicha calidad y así diluir estos contaminantes ya que la óptima calidad del aire es buena para las personas, para la salud y para el medio ambiente.