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El agua potable se considera uno de los recursos consumibles mejor controlados. En nuestro país, los municipios son responsables de asegurar que el agua suministrada a través de cualquier red de distribución, cisterna, o depósito móvil en su ámbito territorial sea apta para el consumo en el punto de entrega al consumidor.
La gestión del abastecimiento puede ser directa o indirecta (concesión a empresas abastecedoras, empresas municipalizadas, consorcios, etc.). Sin embargo, la calidad del agua está garantizada solo hasta que se entrega a la red de suministro doméstico. A partir de este momento, los propietarios de los inmuebles son los responsables de mantener la instalación interior del agua en perfectas condiciones, a efectos de evitar empeoramiento de la calidad desde la acometida hasta los grifos (cañerías, depósitos particulares, grifería, etc).
Para proteger el agua potable, Resideo ofrece una amplia cartera de accesorios de agua probados, que ahora se agrupan bajo el nuevo nombre de Braukmann. El nombre hace referencia a una parte importante de la historia de la empresa y siempre ha sido sinónimo de innovación y calidad en el sector del agua potable. Es esencial que la instalación de agua potable con todos los accesorios, tuberías y otras partes de la instalación no solo se planifique, construya y opere de acuerdo con las reglas de tecnología generalmente aceptadas, sino que también se mantenga regularmente. El desgaste puede producir mal funcionamiento y fallos que pongan en peligro la calidad del agua potable.
¿Qué responsabilidades tienen los instaladores en relación con el mantenimiento?
Varios párrafos del Real Decreto 140/2003, que es la Ley que establece los criterios sanitarios y de abastecimiento de la calidad del agua de consumo humano en nuestro país, aclaran que el mantenimiento es obligación de los Ayuntamientos o de los operadores subcontratados para tal fin. Sin embargo muchas personas desconocen la frecuencia con la que se debe realizar el mantenimiento en sus hogares. El resultado puede ser la contaminación del agua potable, que afecta a todos. Los instaladores y planificadores pueden proporcionar valiosa información a los propietarios de las viviendas al señalar los intervalos de mantenimiento necesarios. Y, sobre todo, son responsables del mantenimiento de acuerdo con las normas pertinentes: esto significa conocer y observar las reglas de tecnología generalmente reconocidas.
¿Cuándo es necesario el mantenimiento?
Las directrices establecen claramente que la obligación de mantener las instalaciones de agua potable no solo comienza cuando se esperan signos de desgaste y, por lo tanto, deterioros en la calidad del agua potable, sino que esta obligación existe en principio. Así que el lema para las instalaciones de agua potable es: Acción en lugar de reacción - esto significa acercarse activamente a los operadores, explicarles e informarles. Por lo tanto, no se deben tomar medidas solo cuando algo está defectuoso y necesita ser reparado. Los daños deben evitarse desde el principio mediante un mantenimiento regular o detectarse a tiempo. Como ejemplo, un calentador de agua debe inspeccionarse cada dos meses y repararse de forma rutinaria una vez al año, un separador de sistema con zona de presión reducida (BA) debe controlarse cada seis meses o una vez al año como mínimo.