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Las investigaciones de KET4F-Gas para conseguir reducir el impacto ambiental de los gases refrigerantes han conseguido desarrollar por primera vez 2 tecnologías diferentes para separar los gases fluorados de las mezclas utilizadas en refrigeración y reutilizarlos de manera indefinida, ofreciendo una ventana de esperanza al control de las emisiones de los gases de efecto provenientes de la climatización.
Este grupo de trabajo formado por la colaboración internacional de 13 socios y 6 asociados de entidades universitarias, empresariales y de la administración pública de España, Francia y Portugal comenzó sus investigaciones en 2018 gracias a una aportación de 1,7 millones de euros del programa Interreg SUDOE de la UE.
Las 2 tecnologías que han resultado del proceso de I+D están basadas en procesos de “química verde”, nanotecnologías, materiales y procesos de separación avanzados muy fáciles de aplicar y con un coste de implementación suficientemente bajo como para hacer económicamente atractivo el reciclaje y reutilización de los gases de refrigeración, introduciendo los principios de la economía circular en el sector.
Esta tecnología se pondrá a disposición de las empresas de gestión de residuos y empresas que empleen gases fluorados a gran escala, como los fabricantes de climatizadores para evitar la emisión de gases con efecto de calentamiento global a la atmósfera. Como explica la gallega Ana Belén Pereiro, co-directora del proyecto e investigadora de la Universidade NOVA de Lisboa, “El objetivo principal de KET4F-Gas es reducir el impacto ambiental de los gases fluorados utilizando Tecnologías Facilitadoras Esenciales (TFEs) para separación y recuperación de los F-gases”. Estas tecnologías se han desarrollado de acuerdo a los principios de la “química verde” y se han puesto al servicio de la industria y los gestores de residuos para reducir las emisiones de estos compuestos.
La importancia de la nueva tecnología es que por primera vez ofrece una alternativa barata de separación y recuperación de estos gases refrigerantes al final de su vida útil que les devuelve su pureza, y por tanto su eficiencia. De esta manera incentiva el reciclado y la reutilización de los gases, en lugar de su emisión a la atmósfera, valoriza un residuo e introduce principios de economía circular, lo que provocará importantes beneficios al medio ambiente, además de presionar a la baja sobre el precio del gas y su comercio ilegal.
La nueva tecnología desarrollada implica un ahorro ambiental de entre el 60% y el 70% en emisiones de CO2 frente al sistema actual de incineración empleado en la gestión de este tipo de compuestos, además de incentivar que aumente la cantidad de gas sometido a reciclaje, actualmente casi irrelevante.
El uso de gases fluorados está controlado y sujeto a cuotas en la UE, por lo que su precio, e incluso el comercio ilegal (entre el 20% y el 30% del total), se han disparado. Al conseguir un valor económico de los gases después de haber sido utilizados, esta tecnología conseguirá que no se emitan a la atmósfera para librarse de ellos, una práctica ilegal pero no erradicada, si no que sean recuperados y reciclados indefinidamente en un proceso de economía circular muy beneficioso para el medio ambiente y para la mitigación de los efectos del cambio climático.
Desde que en Europa se prohibieron en 1995 los gases CFC (clorofluorocarburos), que dañan directamente la capa de ozono, la mezcla más usada por la industria en sistemas de aire acondicionado (domésticos, industriales o en automóviles), es el denominado gas R-410-A, compuesto formado en un 50% por el gas R-32, más eficiente, pero más caro. Ana Belén Pereiro afirma que “La tecnología desarrollada por KET4F-Gas consigue recuperar el R-32 de su mezcla con otros compuestos con una pureza superior al 98% y a un coste menor que el del producto nuevo, haciendo muy atractivo el reciclado y reutilización de este gas”.
Los gases fluorados, que no dañan la capa de ozono, sin embargo, tienen un potencial de fomentar el calentamiento global hasta 23.000 veces mayor del el CO2 y además, pueden permanecer en la atmósfera hasta 50.000 años, por lo que el objetivo de la UE es sustituirlos progresivamente por otros compuestos con menor impacto ambiental. El problema es que no se han encontrado sustitutos que sean eficientes y que no presenten peligro por toxicidad o inflamabilidad, de ahí la importancia de introducir la reutilización y el reciclado de los gases en los procesos de gestión de los dispositivos que se retiran por haber llegado al final de su vida útil.
Cada vez usamos más el aire acondicionado porque hace más calor. A su vez los sistemas de climatización emplean gases fluorados con un potencial efecto sobre el calentamiento global. Hasta ahora no existía una tecnología eficiente y barata para recuperar esos gases, por lo que, pese a ser obligatorio su tratamiento, tan solo el 1% de ellos se recoge en la UE al final de su ciclo de vida. El resto acaba en la atmósfera a pesar de estar estrictamente prohibido, alimentando la espiral de degradación ambiental y calentamiento global. La tecnología desarrollada por KET4f-Gas supone una oportunidad para la industria, gestores de residuos y administraciones públicas de revertir esta situación.