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Pese a que la aerotermia eléctrica es una de las opciones más populares, no siempre es la mejor solución. Te contamos otras alternativas económicas y sostenibles.
La aerotermia eléctrica es la opción más habitual en la promoción inmobiliaria para cumplir con el actual código técnico, a pesar de no ser siempre la alternativa ideal. De hecho, las bombas de calor eléctricas pueden tener limitaciones en territorios donde las temperaturas pueden llegar a estar por debajo de los 7ºC, ya que su rendimiento baja y, consecuentemente, sube la factura de energía para el usuario final. Este tipo de aparatos también resisten peor los temporales extremos cada vez más habituales. Por ejemplo, la borrasca Filomena provocó que muchas bombas de calor dejaran de funcionar o bajaran su rendimiento debido a los desperfectos que sufrieron sus materiales durante la helada. Estos inconvenientes pueden combatirse con soluciones híbridas de electricidad y gas.
A veces se desconoce que las bombas de calor pueden funcionar a gas natural y producir un mayor ahorro a los usuarios finales. Con el gas natural es posible optimizar al máximo el rendimiento energético en los tres servicios básicos de una vivienda: calefacción, agua caliente y cocción. Todo ello, sin la necesidad de contratar una potencia eléctrica alta, y, por tanto, evitando unos costes fijos elevados en las facturas.
Marcas como Toyota o Panasonic ya están apostando por las bombas de calor a gas natural con aparatos altamente capaces de reducir los costes de explotación hasta un 40%. Además, estas bombas de calor evitan ciclos de desescarche en invierno y reducen la inversión inicial al evitar la necesidad de colocar paneles para producción de agua caliente sanitaria. Esta opción es especialmente interesante cuando hablamos de grandes consumidores, como las comunidades de vecinos.
En cuanto al resto de opciones, la combinación híbrida de energía fotovoltaica para la electricidad de la casa y el gas natural para la calefacción es una elección que puede ayudar a reducir la factura durante el invierno, ya que son dos sistemas complementarios y muy eficientes, incluso frente a temperaturas muy bajas.
El gas natural cuenta con un papel relevante en la transición energética, no solo por su eficiencia y sus bajas emisiones, sino también por su proyección de futuro. Actualmente ya se está inyectando gas renovable en la red de distribución gasista de nuestro país y se está trabajando para que dentro de unos años la totalidad del mismo sea 100% limpio y con cero emisiones.