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Los ciberataques se originan en una empresa ajena a la nuestra, por lo tanto, sus sistemas de ciberseguridad están fuera de nuestro control.
Todas las empresas de España se están viendo cada vez más expuestas a todo tipo de ciberataques. Desde hace un par de años están resonando especialmente los ataques de ransomware que han afectado a algunas de las principales empresas y organizaciones de nuestro país. Algunos de estos ataques han llegado incluso a afectar a los principales ministerios del gobierno, así que nadie está libre de este riesgo.
Desde que cada vez más personas son conscientes de los daños que pueden causar estos ataques, lo cierto es que son muchas menos las que tienen claro de qué manera puede infiltrarse en un hacker en una red. Algunas de las más comunes son los ataques de phishing y de ingeniería social, pero recientemente se están extendiendo también los ataques a las cadenas de suministro, también llamados ‘ataques de terceros’.
El nombre de este ciberataque no es del todo transparente, así que conviene explicarlo. Un ataque a las cadenas de suministro es un ciberataque que no se realiza de forma directa a nuestros propios sistemas, sino a los de nuestros asociados o a los de cualquier plataforma con la que trabajemos de forma integral. Esto incluye:
¿Cómo protegerse ante un ataque de terceros?
Uno de los principales desafíos que presentan a estos ciberataques es el hecho de que se originan en una empresa ajena a la nuestra, cuyos sistemas de ciberseguridad están fuera de nuestro control. Para protegernos ante este tipo de ataques, entonces, debemos hacer uso de una ciberseguridad reforzada en nuestros propios sistemas, combinada con una comunicación fluida con nuestros proveedores y asociados.
A la hora de proteger nuestros propios sistemas informáticos, algunas de las medidas más importantes que debemos implementar son estas:
Los peligros de sufrir un ciberataque son más serios de lo que parece No hay que pensar que no estamos expuestos a este tipo de ciberataques simplemente por el hecho de tener una pequeña o mediana empresa. Es evidente que una compañía que solo tiene un cierto alcance regional pasa más desapercibida en los medios que grandes gigantes tecnológicos como Microsoft o Apple, pero a los hackers no les interesa tanto la fama de la empresa como el dinero que mueve.
Un hackeo certero en una pequeña empresa puede proporcionarles miles de euros si tienen éxito, y, además, los hackers saben que son muchas las compañías que no cuentan con la suficiente seguridad digital para protegerse ante sus ataques. Por eso es tan importante optar por la prevención, y hacerse con las medidas de ciberseguridad necesarias cuanto antes.
Debemos tener presente que los hackers no tienen escrúpulos, y que son muchos los ciberataques que no afectan simplemente a una parte de los sistemas, sino que los bloquean por completo. Si nuestra empresa se ve afectada por un ataque de ransomware, sencillamente no podrá continuar operando si no se le paga al hacker lo que pide. ¡Se trata de una posición donde definitivamente no queremos estar!