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En la conmemoración del Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra hoy, 5 de marzo, Grupo Ayuso ofrece una serie de consejos para ayudarte a decidir sobre el cerramiento de tu vivienda.
Grupo Ayuso, líder en sistemas de aluminio, pvc y vidrio, se une a las celebraciones del Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra este 5 de marzo, sumando una voz práctica y didáctica a la hora de abordar este tema.
Valga empezar diciendo que la eficiencia energética es utilizar la energía de una forma optimizada. Y esto, aplicado a la vivienda, significa conseguir que un hogar sea cómodo y confortable consumiendo la menor cantidad de energía posible.
Aunque se utilizan varios valores para medir diferentes aspectos del rendimiento térmico de los materiales, como el valor C (conductancia térmica) y el valor K (transferencia global de calor entre el exterior y el interior de un edificio), el rendimiento del aislamiento de un producto se suele medir utilizando tres valores térmicos: el coeficiente de conductividad térmica (λ), la resistencia térmica (R) y la transmitancia térmica (U):
En el caso de las ventanas es, sobre todo, en este último valor en el que nos debemos fijar que, a su vez, dependerá de los valores U de las diferentes partes que la componen, entre ellos:
Como regla general, hay que recordar que cuanto menor sea la transmitancia térmica de cada parte, y la global, mayor será la capacidad de aislar de una ventana y, por tanto, más eficiente a nivel energético. Solo fomentando una mayor rehabilitación del parque inmobiliario e impulsando el cambio de las ventanas antiguas por otras de altas prestaciones conseguiremos caminar con ritmo hacia la meta en materia de eficiencia energética que la Unión Europea se ha marcado para 2050: ser la primera economía neutra en carbono.
A día de hoy, según el Instituto para la Diversificación y Ahorra de la Energía (IDAE), más del 73% de las viviendas españolas suspenden en eficiencia energética. Y esto es así porque el parque inmobiliario español sigue contando, en su mayoría, con ventanas anticuadas e ineficientes, que no aíslan como deberían. De hecho, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, casi el 58% de nuestros edificios se ha construido antes de la primera Ley que introdujo unos criterios mínimos de eficiencia energética.
Y un mal aislamiento, ¿en qué se refleja? Pues además de afectar al nivel de confort en el hogar, tiene un reflejo claro en las facturas de la luz y el gas. De hecho, el uso de la calefacción y el aire acondicionado en los hogares españoles representa casi el 48% del total de la energía consumida. Por tanto, mejorando la eficiencia energética de una vivienda con la ayuda de ventanas eficientes se consigue ahorrar a final de mes, ya que al estar mucho mejor aislada no se necesita encender los sistemas de calefacción y refrigeración tanto para conseguir mantener una temperatura adecuada en el interior. Sin olvidar, por supuesto, el punto de vista medioambiental, ya que una mayor eficiencia energética va acompañada de una disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Y esto es sinónimo de viviendas y ciudades más sostenibles.