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La impermeabilización de cubiertas modulares o industrializadas no depende de las condiciones atmosféricas, lo que redunda en un importante ahorro de tiempo y costes, según AIFIm.
Aunque en la actualidad, es un sector que da sus primeros pasos, las perspectivas para el mercado de la construcción industrializada son alentadoras. Según datos del Clúster de la Edificación, aproximadamente el 10% de la construcción en España utiliza métodos industrializados, mientras que el resto sigue siendo construcción tradicional.
Sin embargo, se espera que este panorama evolucione rápidamente, con proyecciones que indican un aumento significativo, impulsado por la cada vez mayor demanda de soluciones constructivas más eficientes, sostenibles y rápidas.
Y en este prometedor escenario, el subsector de los materiales impermeabilizantes no quiere quedarse atrás. Según los expertos de la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, AIFIm, la impermeabilización de cubiertas en fábrica o naves de montaje es, hoy en día, una actividad prácticamente testimonial. “Aunque la construcción industrializada y modular crece mes a mes en España, la impermeabilización de las cubiertas sigue haciéndose en obra en la práctica totalidad de los edificios. Pero a medida que las ventajas de la construcción industrializada se vuelvan más evidentes y se superen las barreras existentes, es probable que veamos una transformación considerable en el equilibrio entre métodos tradicionales e industrializados también en el sector de la impermeabilización”, señala Blanca Gutiérrez, directora de AIFIM.
Una de las principales ventajas para no impermeabilizar las cubiertas in situ es que, de esta forma, no se depende de las condiciones atmosféricas del momento. Las lluvias y temperaturas extremas pueden dificultar una correcta impermeabilización. “Pero, además, la construcción industrializada también permite la realización de mejores controles de calidad, inspección y solución de posibles fallos y una mayor rapidez en la instalación de las soluciones elegidas”, señala Gutiérrez.
Pero la construcción industrializada no consiste únicamente en realizar los mismos trabajos que la actividad tradicional en una fábrica. En AIFIm consideran que esta nueva forma de construir implica nuevos procesos de automatización, robotización, digitalización, estandarización y sostenibilidad.
Las ventajas de esta novedosa actividad constructiva, que suponen un ahorro de tiempo de hasta el 50% y de costes de entre el 15 y el 20%, también permiten un aumento de la calidad y un trabajo colaborativo, de mayor calidad y más atractivo para los profesionales.
En cuanto a los materiales y métodos de impermeabilización, todas las soluciones que se utilizan en la actualidad en obra pueden aplicarse a procesos de construcción industrializados. Pero para los expertos de la asociación, las láminas autoadheridas pueden ser una solución eficaz y rápida para instalarse en estructuras prefabricadas o modulares. “La facilidad de instalación de las láminas autoadheridas es especialmente beneficiosa en entornos de construcción industrializada, donde se prioriza la rapidez y la precisión en la ejecución de componentes prefabricados”, señala Gutiérrez.
Además, las láminas autoadheridas proporcionan una capa impermeable efectiva y duradera que contribuye a la integridad estructural de los módulos o componentes prefabricados. Al ser instaladas durante la fase de fabricación en entornos controlados, se minimizan los riesgos de defectos y se garantiza una aplicación uniforme y de alta calidad. Esto es crucial para asegurar que las estructuras prefabricadas sean resistentes al agua y puedan mantener su rendimiento a lo largo del tiempo, incluso tras su montaje en el sitio final.
Otra de las ventajas clave, señaladas por AIFIm es la capacidad de las láminas autoadheridas para adaptarse a diferentes diseños y geometrías de componentes prefabricados. “Esto permite una impermeabilización eficaz en áreas de difícil acceso o en estructuras con formas variadas, proporcionando una solución versátil que se ajusta a las necesidades específicas de la construcción industrializada”, finaliza Gutiérrez.
Es importante que sea cual sea el material elegido, se busquen soluciones que aporten sostenibilidad al inmueble. Según la asociación, el uso de materiales innovadores en las líneas de producción hará de la construcción industrializada un sistema constructivo con capacidad para reducir las emisiones de CO2 alrededor del 60% durante los procesos de fabricación, aumentar el porcentaje de material reciclado y hacer de los edificios lugares mucho más eficientes energéticamente, con el uso de sistemas de envolventes capaces de aumentar el aislamiento de los edificios (cubiertas frías o verdes, sistemas de fachada con SATE, etc.).